viernes, 5 de junio de 2015

Ramón Freixa, ¡vámonos de brunch!

Escribo estas líneas con gotas de sudor en la cara, todas las persianas de mi casa bajadas y casi en pelotas, ¡pero qué calor es este! Terrazas y bebidas frías es lo que necesitamos a la voz de ya.
Un plan refrescante y donde disfrutaréis de lo lindo, es el brunch de Ramón Freixa con el que comí hace 15 días y me mostró todo lo que allí se cuece (cocer poco que hace calor) para presentarnos un brunch de lo más variado y completo. Este domingo ya sabéis que hacer.




Se encuentra además en un enclave único, en el Hotel Único (valga la redundancia), en la terraza de dentro. Un ambiente tranquilo rodeado de vegetación, buenos sofás y un frescor que harán de la comida algo único (me estoy poniendo pesado con la palabrita, lo sé, pero la gota de sudor está a punto de caer sobre el teclado).




Empezamos con muchas burbujas, un cava hecho expresamente para Ramón llamado Burbujas. Unos zumos tanto de naranja, como el clásico bellini hecho con alcohol y zumo de melocotón. Melocotón el que nos vamos a coger como no empecemos a darle al dulce. Cruasanes y bollos con chocolate, también brochetas de frutas y yogur con frutos rojos, el guiño healthy al brunch y algo que me encanta de vez en cuando, tostadas con mantequilla de la de verdad.




Continuamos con un carpaccio acompañado de mostaza Maille y rúcula. Perfecto ese toque de verdura para darle el punto amargo al plato, me encantó.




Pero para encanto, esta especie de focaccia (la cual he ampliado en foto) con una base de queso y hongos por encima. Crujiente, sabrosa y ligera, ¡me lo quedo!






La trufa es mi debilidad, y si se la ponen a unos sandwiches de jamón con queso Camembert la triunfada está asegurada. El queso deshecho hace que se aprecie más en el paladar.




Unos benedictinos no podían faltar. Huevo de los de verdad (gallinas ibéricas de bellota). Una buena materia prima como es el salmón ahumado y la salsa perfecta. Ramón le puso sombrero al plato para darle ese toque "crunchy".




Y para rematar el brunch (sí señores, todo esto es el brunch) una mini hamburguesa de una carne exquisita, pero sin montar, mucho mejor porque al ser el último plato, el pan nos hubiese sobrado, mejor así. Ojo a las patatas, con piel y todo, ¡como debe ser!




Y entre burbujas y café unos macarons. La atención no podía ser mejor, y el ambiente tranquilo perfecto para disfrutar de buenos platos. El precio son 45€ sin maridaje.

Situado en C/ Claudio Coello 67, Madrid

Consejo nutricional: Durante la comida estuve hablando con Ramón de la importancia de no pelar ciertos alimentos. Me parece buena idea presentar las patatas tal cual son, yo soy de los que no pelan los tomates, ya que en la piel se encuentran la mayoría de vitaminas y minerales así que, ¡a pelar la naranja y nada más!

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